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Lieder (1960)

 

Tu sabes que siempre fui

camino abierto a tus pasos,

y ahora crees que ha nacido

maleza para cerrarlo.

¿Cómo crecerá si tú

la estas siempre transitando?

                                                                       Texto: Juan Marcos de la Fuente

 

Sabe, si alguna vez tus labios rojos

quema invisible atmósfera abrasada,

que el alma que habla puede con los ojos,

también puede besar con la mirada.

 

                                                                       Texto: Gustavo Adolfo Bécquer

 

 

Canto de Antonio Machado (1961)

 

 

LLamó a mi corazón un claro día

con un perfume de jazmín el viento.

¡A  cambio de este aroma

todo el aroma de tus rosas quiero!.

No tengo rosas; flores

en mi jardín no hay ya; todas han muerto.

¡Me llevaré los llantos de las fuentes.

Las hojas amarillas y los mustios pétalos!.

Y el viento huyó... Mi corazón sangraba...

! Alma !, ¿qué has hecho de tu pobre huerto?.

                                                                                              Texto: Antonio Machado

 

 

Oda XIV (1967)

 

¿Tornarás por ventura

a ser de nuevas olas, nao, llevada

a probar la ventura

del mar, que tanto tienes ya probada?.

! oh!, que es gran desconcierto.

! oh!, toma ya seguro, estable puerto.

 

¿No ves desnudo el lado

de remos y cual crujen las antenas

y el mástil quebrantado,

del ábrego ligero y cómo apenas

podrás ser poderosa

de contrastar ansí la mar furiosa?

 

no tienes vela sana,

ni dioses a quien llames en tu amparo,

aunque te precies vana

mente de tu linaje y nombre claro,

y seas noble pino,

hijo de noble selva en el auxino.

 

del navío pintado

ninguna cosa fía el marinero

que está experimentado,

y teme de la ola el golpe fiero;

pues guárdate con tiento,

si no es que quieras ser juego del viento.

 

!Oh tú!, mi causadora

ya antes de congoja y de pesares,

y de deseo agora

y no poco cuidado, huye los mares

que corren peligrosas

entre las islas cícladas hermosas.                       Texto: Horacio. Trad. Fray Luis de León

 

 

 

Primera Palabra (1970/1971)

 

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen                           Texto: Biblia

 

 

Hechos de la Pasión  (1974)

 

... Salió Jesús bajo los cielos, y alzó la frente hacia toda la noche...

- ¿De dónde tú, Jesús, hijo de Josef, sabes doctrina y dices de las Escrituras, si vienes de lo oscuro?...

Y Jesús contristado exclama:

- ¿Por qué maquinais contra mí?  ¿Por qué me aborreceis y deseais mi muerte?...

Los ojos de los juzgados y de la plebe devoraban a Jesús...

- !Jeschoua, Jeschoua, hijo de Josef¡ ¡Yo te ví llorar en nuestro monte! ...

!Es más que tú! !Tú no tienes fuerza ni sobre su aliento!

!Nada hagas tu contra ese justo! !Yo sentí su agonía en mi visión!...

¿Y tus partidarios, Cristo? !No ha venido nadie de los que te quieren! ! No, no es de este mundo tu reino! !Mas, por las sombras del Báratro, en este mundo es donde matan los hombres a los hombres!...

!Rematadle, que ya se hiende y sangra por todo el cuerpo!. Rematadle aunque sea Dios...

Levantaron a Jesœs, ya clavado; una sierpe de soga se anillaba por todo su cuerpo...

... Juan llamó a la madre del Señor...

Jesús agonizaba

                                                                       Texto: Biblia

 

                               

Proverbios y Cantares  (1975)

 

Despertad, cantores:

acaben los ecos,

empiecen las voces.

 

Mas no busquéis disonancias;

porque, al fin, nada disuena:

siempre al son que tocan bailan.

 

Sin embargo...

!oh!, sin embargo,

queda un fetiche que aguarda

ofrenda de puñetazos.

 

Navigare é necessario...

Mejor: ! Vivir para ver!.                              Texto: Antonio Machado

 

 

 

Al poeta, al fuego, a la palabra (1978)

 

Poeta

Para tí, que conoces cómo la piedra canta,

y cuya delicada pupila sabe ya del peso de una montaña sobre

un ojo dulce,

y cómo el resonante clamor de los bosques se aduerme suave

un día en nuestras venas;

para tí, poeta, que sentiste en tu aliento

la embestida brutal de las aves celestes...,

sí, poeta: El amor y el dolor son tu reino.

Carne mortal la tuya, que, arrebatada por el espíritu,

arde en la noche o se eleva en el mediodía poderoso...,

 

Fuego

... !luz es sola!

Mirad cuán puro se alza

hasta lamer los cielos,

mientras las aves todas

por él vuelan. !no abrasa!

¿Y el hombre ? Nunca. Libre

todavía de ti,

Humano, está ese fuego.

Luz es, luz inocente.

!Humano: nunca nazcas !.

 

Palabra

La palabra fue un día

calor: Un labio humano.

Era la luz como mañana joven; más: Relámpago

en esta eternidad desnuda. Amaba

alguien. Sin antes ni después. Y el verbo

brotó. ! Palabra sola y pura

por siempre - amor -  en el espacio bello!                Texto: Vicente Aleixandre

 

 

 

Coplas de Jorge Manrique  (1979)

 

Recuerde al alma dormida,

avive el seso  y despierte,

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

 

cuán  presto se va el placer,

cómo después de acordado,

da dolor;

cómo a nuestro parescer,

cualquier tiempo pasado

fue mejor.

 

...Non se engañe nadie, no,

pensando que ha de durar

lo que espera

más que duró lo que vió,

pues que todo ha de pasar

por tal manera.

 

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar...,

allí van los señoríos...,

allá los ríos caudales,

allá los otros medianos

e más chicos...,

derechos a se acabar...

 

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte,

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando.                                                      Texto: Jorge Manrique

 

 

Españolía  (1983/1988)

 

DECIR DE UN ENAMORADO

 

Diversas veces , mirando

El vuestro gesto agraciado,

Me soy tanto enamorado

que siempre vivo penando.

Más quien non vos amará,

contemplando tal belleza,

o todo ciego será,

o en él non habitará

discreción, ni gentileza.

                                                                       Texto: Marqués de Santillana

 

 

SERRANILLA VI

 

I

Moza tan fermosa

non vi en la frontera

como una vaquera

de la Finojosa

 

II

Faxiendo la vía

del calatraveño

a Santa María,

vencido del sueño,

por tierra fragosa

perdí la carrera

do vi la vaquera

de la Finojosa.

 

III

En un verde prado

de rosas e flores,

guardando ganado

con otros pastores,

la ví tan graciosa

que apenas creyera

que fuese vaquera

de la Finojosa.

 

IV

Non creo las rosas

de la primavera

sean tan fffermosas

ni de tal manera;

fablando sin glosa,

si antes supiera

de aquella vaquera

de la Finojosa.

 

V

Non tanto mirara

su mucha beldad,

porque me dexara

en mi libertad.

Mas dixe: “Donosa

(por saber quién era),

aquella vaquera

de la Finojosa.

 

VI

Bien como riendo,

dixo: bien vengades,

que ya bien entiendo.

Lo que demandades:

non es deseosa

de amar, ni lo espera,

aquessa vaquera

de la Finojosa.

                                                                       Texto: Marqués de Santillana

 

 

CANCIÓN

 

Entra mayo y sale abril,

tan garridico le ví venir. (bis)

Entra mayo con sus flores,

sale abril con sus amores,

y los dulces amadores

comienzan a bien servir.

 

                                                                       Texto: Anónimo, Cancionero de Palacio

 

 

JUGLARÍA CASTELLANA

 

Oh que buen amor saber yoglar,

saber yoglar de la tambora.

rampla ta plan de la tambora,

saber yoglar.

 

Oh que buen amor saber yoglar

saber yoglar de la tambora.

rampla ta plan de la tambora.

cla ca ta cla de la clarineta,

rau rau rau de la guitarra

rin rin rin del violín,

saber yoglar.

 

Oh que buen amor saber yoglar,

saber yoglar de la trompeta.

tra ra ra ra de la trompeta.

saber yoglar.

 

Oh que buen amor saber yoglar,

saber yoglar de la bombarda.

bron bo ron ba de la bombarda.

chan cha ran cha dela chirimia,

plan plan plan de la vihuela,

til til til del añafil.

                                                                                  Texto: Popular

 

 

 

Cantata para un aniversario  (1986)

 

Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre;

Y se unirá a su mujer;

Y vendrán a ser los dos una sola carne.                                                      Texto: Génesis, 2-24

 

La dicha perduró con su linaje y su heredad pasó a los hijos

de sus hijos; su linaje se mantiene fiel a la alianza.

Y sus hijos lo fueron por amor de ellos. Y por siempre permanecerá

su descendencia y no se borrará su gloria.                                                 Texto: Eclesiástico, 44-10/15

 

Dichoso todo el que teme al Señor y anda por sus caminos.

Porque comerás del trabajo de tus manos, serás feliz y bienaventurado.

Tu mujer será como fructífera para en el interior de tu casa.

Tus hijos, como renuevos de olivo en derredor de tu mesa.

Así serán bendecidos los justos.                                                                  Texto: Salmos, 128-1/6

 

Te doy gracias Señor de todo corazón pues Tú has escuchado

las palabras de mi boca. En presencia de los ángeles cantaré

salmos para Tí

!Grande es ciertamente la gloria del Señor!.                                               Texto: Salmos, 138-1

 

 

 

Canciones para Magerit   (1993)

 

AL BUEN ENDIMION

 

Al buen Endimión, de amor prendado,

diz que cautivamente enamorada

la Luna, y en sueño desvelada,

la amaba como a prez de amor preciado.

 

Yo a vuestro bel madroño coronado,

y fiera en siete estrellas figurada,

miro con atención aficionada

en orla azul y campo plateado.

 

En tanto que agradaros más merezco

y discantar el fin y fundamento

de vuestro escudo antiguo y su mejora,

con un crecido amor y acatamiento

mi buen placer allá os lo ofrezco

en prendas de la fe que mi alma mora.

 

Antiguos griegos, Mantua te pusieron,

y los romanos, que después fundaron,

Ursaria y Mayoritum te llamaron,

de aquí Madrid y Ursaria te dixeron.                    Texto: Juan Hurtado de Mendoza

 

 

EN MADRID HAY UNA PLAZA

 

En Madrid hay una plaza

que se llama Cuchilleros;

es la plaza de los majos,

las manolas y chisperos.

!Ay! que me pica,

!Ay! que me araña,

con sus patitas

la cucaracha...                                                        Texto: Tonadilla siglo XVIII

 

 

ALAMICOS DEL PRADO

 

Alamicos del Prado,

fuentes del duque,

despertad a mi niña

porque me escuche,

y decid que compare

con sus arenas

sus desdenes y gracias,

mi amor y penas;

Y pues vuestros arroyos

saltan y bullen,

despertad a mi niña

porque me escuche...                                           Texto: Tirso de Molina

 

 

FUENTES DE MADRID

 

Alamos del Prado,

fuentes de Madrid,

como estoy ausente

murmurais de mí.

 

Agua pide la niña;

! quien se la diera

del Cañito dorado

de la Alameda!.

 

La Fuente Castellana

triste suspira

cuando pasa algún tiempo

sin ver las niñas.

 

Vente conmigo,

si has de venir

a ver la fuente

que hay en Madrid.

Hay una fuente,

ya la verás,

Los pececitos,

nadar, nadar,

nadar, nadar

bullir, bullir.                                                  Texto: Canciones Populares

 

 

 

La Bella Desconocida “Homenaje a la Catedral de Palencia” (1993/1994)

 

La vista queda extasiada

al contemplar de repente,

la soberbia maravilla

de arquitectura solemne,

surgida en el escenario

de callejuelas esquivas,

que arropan llenas de orgullo

la magia de tu hermosura.

 

Con cinco puertas se abre

tu interior de sobria traza:

San Antolín, San Salvador,

los Canónigos y San Juan,

con nuestra María la Santa.

 

Tres amplias naves dividen

las hechuras de tu talle

y dos cruceros descubren

la cruz que evoca tu imagen.

 

Dicen que el Rey Wamba trajo         

de la Galia Narbonense

las reliquias de Antolín,

por cuyo honor y trabajo

en la cripta fue presente

la gloria del patrón santo.

 

Una puerta en esviaje

da a la capilla mayor

la gracia de su linaje,

donde confluyen ornatos

que a realzar contribuyen

con grandeza sus encantos.

 

Entre elegantes pilares,

columnas y capiteles, 

bóvedas y tracerías,

al servicio de cantares,

hace el coro sus honores,

tras la sin par celosía.

 

Siete capillas dispone

la nave del Evangelio,

cuya estructura compone      

advocaciones del cielo.

 

A Santa Lucía ceden

por virtud de su alabanza,

la Prudencia , la Justicia,

la Fortaleza y Templanza.

 

El Papa  Gregorio hizo

del retablo por su imagen,

historia de la Liturgia

mientras entonan los ángeles.

 

San Ildefonso decora

con bóvedas su sacristía

y a San Fernando acompaña

Catalina de Antioquia

 

Capilla de la Inmaculada

de la Cruz, de San Enrico

o Purísima llamada,

antaño cuando se nombró

de la Trinidad y el Corpus

de Jerónimo a la morada,

quedando la tradición

morisca con el barroco

de San Sebastián prendada;

 

La capilla del Sagrario,

con su arco cairelada

de elegancia sin igual,

agrupa en su derredor

las seis capillas que giran

tras su planta circular,

donde se unen los nombres,

antiguos con los modernos,

San Cristóbal o San Marcos

por la luz del Baptisterio;

San Isidro por Miguel,

Las vírgenes por San José

y los Reyes por San Pedro,

y de la nieve invernal,

nuestra Señora la Blanca,

que dice ser la primera

capilla en la catedral.

 

En Santa Teresa hallan

los ojos mayor belleza,

deslumbra su altar de plata

y su planta octogonal,

que fue sede del concejo

y casa de la Esperanza,

patrona de los cofrades,

que estudian en el lugar.

 

Palencia, Vieja Castilla,

que diciendo a tu catedral

con toda justicia “Linda”

puedan servir estos versos

y la música que inspiran

para que dejes de ser

“LA BELLA DESCONOCIDA”                                       Texto: Laura Prieto

 

 

 

Al alto espino  (1994)

 

A JOSE MARIA PALACIO

 

Palacio buen amigo,

¿está la primavera

vistiendo ya las ramas de los chopos

del río y los caminos?. En la estepa

del alto Duero,  Primavera tarda,

!pero es tan bella y dulce cuando llega!...

¿Tienen los viejos olmos

algunas hojas nuevas?

Aún las acacias estarán desnudas

y nevados los montes de las sierras.

!Oh mole del Moncayo blanca y rosa.

allá, en el cielo de Aragón, tan bella!

¿Hay zarzas florecidas

entre las grises peñas

y blancas margaritas

entre la fina hierba?.

Por esos campanarios

ya habrán ido llegando las cigüeñas.

Habrá trigales verdes,

y mulas pardas en las sementeras.

y labriegos que siembran los tardíos

con las lluvias de abril. Ya  las abejas

libarán el tomillo y el romero.

¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?

Furtivos cazadores, los reclamos

de la perdiz bajo las capas luengas,

no faltarán. Palacio, buen amigo,

¿tienen  ya ruiseñores las riberas?

Con los primeros lirios

y las primeras rosas de las huertas,

en una tarde azul, sube al Espino,

al alto Espino donde está su tierra...

Texto: Antonio Machado

Obra Poética (1996)

 

Belleza ornamental

Expresión Sugerente

Limpieza sonora

                                                                                              Texto: Claudio Prieto

 

 

Navidad 99 (1999)

 

CAMPANILLEROS

 

En la noche

de la Nochebuena

bajo las estrellas

y por la madrugá,

los pastores,

con sus campanillas,

adoran al Niño

que ha nacido ya.

Y con devoción,

van tocando

zambombas, panderos,

cantando las coplas

al Niño de Dios.

Texto: Popular

 

RIN , RIN

 

I

Hacia Belén va una burra

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

cargada de chocolate;

lleva su chocolatera

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

su molinillo y su anafre.

María, María,

ven acá corriendo,

que el chocolatillo

se lo están comiendo.

 

II

En el portal de Belén

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

han entrado los ratones;

y al bueno de San José

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

le han roído los calzones.

María, María,

ven acá corriendo,

que los calzoncillos

los están royendo.

 

III

En el Portal de Belén,

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

gitanillos han entrado;

y al Niño que está en la cuna,

rin, rin,

yo me remendaba,

yo me remendé,

yo me eché un remiendo,

yo me lo quité,

los pañales le han robado.

 

María, María,

ven acá volando,

que los pañalillos

los están llevando.

                                                                                  Texto: popular

 

 

TEMBLOR DE ALELUYAS

 

Temblor de aleluyas

sonríe en el cielo.

La gloria del día

reniega del hielo.

 

Tras lunas de nieve,

el sol se ha encendido:

relumbra la madre

del recién nacido.

 

Ruiseñor y alondra

dicen a porfía

que el verbo se ha hecho

carne de María.

 

La canción del ángel

florece en las ramas;

arden las estrellas

sobre las retamas.

 

Y alegre el paisaje

recibe a la Vida

que trajo en su seno

doncella parida.                              Texto: Antonio Gala

Caminos (2000)

 

Hay una encrucijada de caminos

escritos por el viento y por el agua

el agua sigue su curso

el viento siempre lo cambia.

 

Los ríos que tiene Burgos

dan su caudal a tres mares

unos bajan de la nieve

otros surcan los trigales.

 

Cruzando montes y valles

por Miranda baja el Ebro

y en la ribera de Aranda,

cobre y oro, lento el Duero.

 

Los ríos que tiene Burgos

Broche de la historia son:

Arlanza, Fernán González,

El Cid en el Arlanzón.

 

Desde la nieve en los pinos

a las espigas doradas

la Cabeza de Castilla

lleva cristal en sus aguas.

 

Por esas venas azules

da su savia a los tres mares,

unos cruzan las montañas

otros surcan los trigales.

                                                                                  Texto: Antonio R. Llanillo

 

¡EA! “Villancico popular dedicado al bautizo del niño” (2000)

 

Al principio del mundo

profetizaron,

la venida del niño;

ya se ha llegado.

            ¡EA! Que eres como una perla

            ¡Ola! Que los niños te adoran

            ¡Oye! Que te ronda los pastores

            ¡Vaya! Que eres sol refulgente

            Niño del alma, Niño del alma

 

Una estrella en el Cielo

se ha presentado,

anunciando al verbo

ser Soberano.

¡EA! Que eres como una perla

            ¡Ola! Que los niños te adoran

            ¡Oye! Que te ronda los pastores

            ¡Vaya! Que eres sol refulgente

            Niño del alma, Niño del alma

 

Del oriente salieron

los Reyes Magos,

en busca del Cordero,

para adorarlo.

¡EA! Que eres como una perla

            ¡Ola! Que los niños te adoran

            ¡Oye! Que te ronda los pastores

            ¡Vaya! Que eres sol refulgente

            Niño del alma, Niño del alma

 

Siguieron su viaje

tan prolongado,

siendo por una estrella

los tres guiados.

            ¡Ea! ¡Ea!

 

A Judea llegaron

los magos Reyes

y a Herodes preguntaron

los tres alegres.

¿Dónde está el que ha nacido

en tu reinado?,

en busca de él venimos

para adorarlo

            ¡Ea! ¡Ea! Que eres como una perla.

 

Este ha respondido

de que él ignora,

el que haya nacido

con tanta Gloria.

Y en el caso de que le halláreis,

en el momento,

la respuesta enviarme

sin perder tiempo.

            ¡Ea! ¡Ea!

 

Se despiden los Reyes

de Jerusalén,

y encontraron a el Niño

que estaba en Belén.

Sorprendidos quedaron

de que le vieron,

en un pequeño establo

a el Rey Supremo.

            ¡Ea! ¡Ea! Que eres como una perla.

 

De rodillas se ponen

con alegría,

ante la providencia

los tres decían.

Tú eres el Rey del Cielo

y de la Tierra,

de los niños más bellos

la mejor prenda.

            ¡Ea! ¡Ea!

 

Nunca se conoció

tan dulce nombre,

hasta la sucesión

de hacerle hombre.

Por salvar a los hombres

te has humanado,

siendo en Rey del Orbe

ser Soberano.

            ¡Ea! ¡Ea! Que eres como una perla.

 

Siendo tu madre Virgen

¡Oh! qué hermosura,

y tú de ella naciste

quedando pura.

            ¡Ea! ¡Ea!

 

Yo te ofrezco el incienso,

uno decía,

hijo del Padre inmenso

y de María.

Yo te ofrezco la mirra,

dijo el segundo,

y también a María

por todo el mundo.

Yo te ofrezco el oro,

dijo el tercero,

conociéndote en todo

por Rey del Cielo.

            ¡Ea! ¡Ea! Que eres como una perla.

 

Ya doraron al Niño

los magos Reyes

por diversos caminos

marchan alegres.

            ¡Ea! ¡Ea!

 

Ay de la tonadilla

por si te enfada

finis coronat opus,

que aquí se acaba.

 

Ya doraron al Niño

los magos Reyes

por diversos caminos

marchan alegres.

¡EA! Que eres como una perla

            ¡Ola! Que los niños te adoran

            ¡Oye! Que te ronda los pastores

            ¡Vaya! Que eres sol refulgente

            Niño del alma, Niño del alma

                                                                       Texto: Popular

 

 

Mensajes (2001)

 

Hombres y mujeres nuevos

Libertad y vida

Son una bella esperanza...

                                                                       Texto: Claudio Prieto

 

 

Himno a Guardo  (2001)

 

“Entrada del puerto”, “Boca de lo Arduo”...

Al darte nombre hicieron poesía

los romanos. “Bucardum”, “Boardo”, Guardo...

tu semblante es un poema todavía.

 

Guardo, donde se rinde la llanura,

donde Palencia inicia su montaña,

donde la vega encuentra la espesura...

Tu paisaje resume toda España.

 

La industria en tu solar encontró un hueco,

el progreso hizo acto de presencia;

quien escuchó tu voz retuvo el eco:

noble villa del norte de Palencia.

 

Un castillo campea el noble escudo

recordando tu raza combativa;

porque con Guardo nadie jamás pudo:

ha sido siempre el dueño de su vida.

 

¿Cómo no voy a quererte, Guardo mío,

si de tus fuentes bebo cada día,

si me baño en las aguas de tu río,

si eres mi pan, mi casa y mi valía?

 

Cuando no esté, da igual, porque tú quedas

custodiando el futuro de los hijos,

Guardo, mi paz, mi aroma, mi cobijo...

No sabe cuánto gana quien te hereda.

 

 

HIMNO A GUARDO

(Cantado)

 

Asentado en un cruce de caminos

hiciste de mil sangres sangre propia;

de ser paso llegaste a ser destino,

empezando a escribir tu ilustre historia.

 

Naciste agricultor y ganadero

creciendo en los oficios artesanos

te convertiste en patria de mineros...

buenas gentes que viven de sus manos.

 

El orgullo vibra en mi garganta

cuando entono este himno en tu memoria.

Es mi alma y no mi boca quien te canta,

Guardo, en tu honor y por tu gloria.

 

¡Que siga el roble encima de tus montes

y el Carrión verdeciendo tu ribera;                                                  

el sol enrojeciendo tu horizonte                       

y tu estampa saltando las fronteras!.

 

Sobrado de abolengo y señorío,

al amparo de la naturaleza,                                                          

vive Guardo su propio desafío

mientras labora, crece, canta y reza.

 

El orgullo vibra en mi garganta

cuando entono este himno en tu memoria.

Es mi alma y no mi boca quien te canta,

Guardo, en tu honor y por tu gloria.                              Texto: Javier Castrillo

 

 

Cantata Manriqueña  (2004/2005)

 

I     Narrador

 

ALMA MIA, RECUERDA...

 

Pallantia me diste luz

en tu villa de Paredes,

señorío de guerreros,

de poetas y sirvientes,

luchadores por un sueño

que no alcanza sino tú.

 

Noble tierra castellana,

doliente tras el boato,

tras lujos y poderíos,

tras pasiones y amoríos,

tras la mentiras y pactos

que tanto tu historia ama.

 

Hijo, al fin, de la nobleza,

vasallo fui de tres reyes,

mas los honores rendí

a mi estirpe y a mis gentes,

a mi Orden y a mi casa,

a mi pluma y a mis preces.

 

Ahora que revuelta anda

la muerte con mi persona,

en este Garci Muñoz

en el que Villena mora,

herido, mas no en mi honra,

a todos doy mi legado:

lujo en falso, gallardía,

crueles luchas, bonhomía,

y un buen puñado de versos

que es la herencia, y es lo cierto,

que llevo en mi corazón.

 

Amor, guerras y poesía

rindieron mi entendimiento,

y en mi divisa, una ley,

que mi alma siempre elegía,

ni miento ni me arrepiento.

                                                                       Texto: Laura Prieto

                                                          

II    Coro

 

Ni miento ni me arrepiento

ni digo ni me desdigo,

ni estó triste ni contento,

ni reclamo ni consiento,

ni fío ni desconfío;

ni bien vivo ni bien muero,

ni soy ajeno ni mío,

ni me venço ni porfío,

ni espero ni desespero.

...

Conmigo sólo contiendo

En una fuerte contienda,

Y no hallo quien me entienda,

Ni yo tampoco me entiendo.

Entiendo y sé lo que quiero,

mas no entiendo lo que quiera

quien quiere siempre que muera

sin querer creer que muero.

 

                                                           (A su mote que dice: Ni miento ni me arrepiento”)

 

III     Narrador

 

EL AQUEJADO

 

¡O, muy alto Dios de amor,

por quien mi vida se guía!,

¿cómo sufres tú, señor,

siendo justo juzgador,

en tu ley tal herejía?

¿Qué se pierda el que sirvió,

que se olvide lo servido,

que viva quien engañó,

que muera quien bien amó,

que valga el amor fengido?...

 

Si eres Dios de verdad,

¿por qué contienes mentiras?

Si tienes en ti bondad,

¿por qué sufres tal maldad?

O ¿qué aprovechan tus iras,

tus sañas tan espantosas

con que castigas y fieres?

Tus fuerzas tan poderosas

-pues comportas tales cosas-

dí, ¿para cuándo las quieres?.

 

RESPONDE EL DIOS DE AMOR

Amansa tu turbación,

recoge tu seso un poco,

no quieras dar ocasión

a tu gran alteración

que te pueda tornar loco;

que bien puedas apelar,

que otro Dios hay sobre mí

que te pueda remediar,

y a mí también castigar

si mala sentencia di.

 

REPLICA EL AQUEJADO:

 

En ti solo tuve fe

después que te conoscí;

pues, ¿cómo paresceré

ante el Dios a quien erré

quejando del que serví?.

Que me dirá, con razón,

que me valga cuyo so,

y que pida el galardón

a quien tuve el afición,

que El nunca me conoció.

 

Mas, pues no fue justamente

esa tu sentencia dada

contra mí, por ser absente,

agora, que estó presente,

revócala, pues fue errada;

y dame plazo y traslado

que diga de mi derecho;

y si no fuese culpado,

tú serás el condenado,

yo quedaré satisfecho...

 

RESPONDE EL DIOS DE AMOR

No te puedo ya sofrir

porque mucho te me atreves;

sabes que habré de reñir

y aún podrá ser que herir,

pues no guardas lo que debes.

Y pues eres mi vasallo,

no te hagas mi señor,

que no puedo comportallo;

ni presumas, porque callo,

que lo hago por temor.

REPLICA EL AQUEJADO:

No cures de amenazarme

ni estar mucho bravacando,

que tú no puedes dañarme

en nada más que en matarme,

pues esto yo lo demando;

ni pienses que he de callar

por esto que babeaste,

ni me puedes amansar

si no me tornas a dar

lo mesmo que me quitaste.

 

RESPONDE EL DIOS DE AMOR

Pues sabes que no lo habrás

de mí jamás en tu vida,

veamos qué me darás,

o que cobro te harás

sin mí para tu herida;

y bien sé que has de venir,

las rodillas por el suelo,

a suplicarme y pedir

que te diera recebir

y poner algún consuelo.

 

REPLICA EL AQUEJADO

Quiero moverte un partido,

escúchame sin enojos:

si me das lo que te pido,

de rodillas, y aun rendido,

te serviré, y aun de ojos;

pero sin esto no entiendas

que yo me contentaré,

ni quiero sino contiendas;

porque todo el mundo en prendas

que me des, no tomaré.

 

RESPONDE EL DIOS DE AMOR, Y ACABA

Por tu buen conocimiento

en te dar a quien te diste,

por tu firme pensamiento,

por las penas y tormento

que por amores sofriste,

te torno y te restituyo

en lo que tanto deseas,

y te do todo lo tuyo,

y por bendición concluyo

que jamás en tal te veas.

(De Don Jorge Manrique quejándose del Dios del Amor, y como razona el uno con el otro)

 

IV   Coro

 

Ni miento ni me arrepiento

ni digo ni me desdigo,

ni estó triste ni contento,

ni reclamo ni consiento,

ni fío ni desconfío;

ni bien vivo ni bien muero,

ni soy ajeno ni mío,

ni me venço ni porfío,

ni espero ni desespero.

...

Conmigo sólo contiendo

en una fuerte contienda,

y no hallo quien me entienda,

ni yo tampoco me entiendo.

Entiendo y sé lo que quiero,

mas no entiendo lo que quiera

quien quiere siempre que muera

sin querer creer que muero.

 

                                                           (A su mote que dice: “Ni miento ni me arrepiento”)

 

V Contratenor

 

Es amor fuerça, tan fuerte,

que fuerça toda razón;

una fuerça de tal suerte,

que todo seso convierte

en su fuerça y afición;

una porfía forçosa

que no se puede vencer,

cuya fuerça porfiosa

hazemos más poderosa

queriéndonos defender.

 

Es plazer en que hay dolores,

dolor en que hay alegría,

un pesar en que hay dulçores,

un esfuerço en que hay temores,

temor en que hay osadía;

un plazer en que hay enojos,

una gloria en que hay pasión,

una fe en que hay antojos,

fuerça que hazen los ojos

al seso y al coraçon.

 

Es una catividad

sin parescer las prisiones;

un robo de libertad,

un forzar de voluntad

donde no valen razones;

una sospecha celosa

causada por el querer,

una rabia deseosa

que no sabe qué es la cosa

que desea tanto ver.

 

Es un modo de locura

con las mudanças que haze:

una vez pone tristura,

otra vez causa holgura:

como lo quiere y le plaze.

Un deseo que al ausente

trabaja, pena y fatiga;

un recelo que al presente

haze callar lo que siente,

temiendo pena que diga.

 

FIN

Todas estas propiedades

tiene el verdadero amor.

El falso, mil falsedades,

mil mentiras, mil maldades,

como fengido traidor.

El toque para tocar

cuál amor es bien forjado,

es sofrir el desamar,

que no puede comportar

el falso sobredorado.

                                                           (Diziendo qué cosa es amor)

 

VI  Barítono

 

Vé, discreto mensagero,

delante aquella figura

valerosa

por quien peno, por quien muero,

flor de toda hermosura

tan preciosa...,

y después de saludada

su valer, con afición

tras quien sigo,

de mi triste enamorada

le harás la relación

que te digo:

 

Díle que vivo sin ella

como las almas serenas,

muy penado

de pena mayor que aquella,

de sus grillos y cadenas

aferrado;

y si no quiere valerme,

pues yo no sé remediarme

en tal modo,

para nunca socorrerme,

muy mejor será matarme

ya del todo

(Estando Ausente de su amiga, a un mensajero que allá enviaba)

VII  Soprano

 

Yo soy quien libre me vi,

yo, quien pudiera olvidaros;

yo so la que por amaros

estó, desque os conoscí,

sin Dios y sin vos y mí.

 

Sin Dios, porque en vos adoro;

sin vos, pues no me queréis;

pues sin mí ya está de coro

que vos sois  quien me tenéis.

 

Así que triste nascí,

pues que pudiera olvidaros;

yo so la que por amaros

estó, desque os conoscí,

sin Dios y sin vos y mi.

                                                           (Sin Dios y sin vos y mi)

 

 

VIII    Dúo soprano – barítono

 

No tardes, Muerte, que muero;

ven , porque viva contigo;

quiéreme, pues que te quiero,

que con tu venida espero

no tener guerra conmigo.

 

Ven aquí, pues, ya que muero;

búscame, pues que te sigo;

quiéreme, pues que te quiero,

e con tu venida espero

no tener vida conmigo.

(Canción)

 

IX  Coro

 

“¡O, Beata Madrigal,

ora pro nobis a Dios!”

“¡O, Santa Villa Real,

señora, ruega por nos!”

“¡Santo Yepes, Santa Coca,

rogad por nos al Señor,

porque de vuestro dulçor

no fallezca a la mi boca!”

 

“¡Santo Luque, yo te pido

que ruegues a Dios por mí,

y no pongas en olvido

de me dar vino de ti!”

“¡O tú, Baeça beata,

Ubeda, santa bendita,

este deseo me quita

del torrontés, que me mata!”

(Coplas a una beoda que tenía empeñado un brial en la taberna)

 

 

X. coro

 

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte,

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la  muerte

tan callando;

cuán presto se va el plazer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parescer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

 

Pues si vemos lo presente

cómo en un punto se es ido

e acabado,

si juzgamos sabiamente,

daremos lo non venido

por pasado.

Non se engañe nadie, no,

pensando que ha de durar

lo que espera

más que duró lo que vió,

pues que todo ha de pasar

por tal manera.

 

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

que es el morir;

allí van lo señoríos

derechos a se acabar

e consumir;

allí los ríos caudales,

allí los otros medianos

e más chicos,

allegados, son iguales

los que viven por sus manos

e los ricos.

 

Este mundo es el camino

para el otro, que es morada

sin pesar;

mas cumple tener buen tino

para andar esta jornada

sin errar.

Partimos cuando nascemos,

andamos mientras vivimos,

e llegamos

al tiempo que fenecemos;

así que cuando morimos

descansamos.

 

¿Qué se hicieron las damas,

sus tocados e vestidos,

sus olores?

¿Qué se hizieron las llamas

de los fuegos encendidos

de amadores?

¿Qué se hizo aquel trovar,

las músicas acordadas

que tañían?

¿Qué se hizo aquel dançar,

aquellas ropas chapadas

que traían?

 

Las dádivas desmedidas,

los edeficios reales

llenos de oro,

las vaxillas tan fabridas,

los enriques e reales

del tesoro,

los jaezes, los caballos

de sus gentes e atavíos

tan sobrados,

¿dónde iremos a buscallos?;

¿qué fueron sino rocíos

de los prados?

 

Las huestes innumerables,

los pendones, estandartes

e banderas,

los castillos impugnables,

los muros e baluartes

e barreras,

la cava honda, chapada,

o cualquier otro reparo,

¿qué aprovecha?

Cuando tú vienes airada,

todo lo pasas de claro

con tu flecha.

 

Aquel de buenos abrigo,

amado, por virtuoso,

de la gente,

el maestre don Rodrigo

Manrique, tanto famoso,

e tan valiente;

sus hechos grandes e claros

non cumple que los alabe,

pues los vieron;

ni los quiero hazer caros,

pues que el mundo todo sabe

cuáles fueron.

 

Amigo de sus amigos,

¡qué señor para criados

e parientes!

¡Qué enemigo de enemigos!

¡Qué maestro de esforçados

e valientes!

¡Qué seso para discretos!

¡Qué gracia para donosos!

¡Qué razón!

¡Qué benino a los sujetos!

¡A los bravos e dañosos,

qué león!

 

Así, con tal entender,

todos sentidos humanos

conservados,

cercado de su mujer

y de sus hijos e hermanos

e criados,

dio el alma a quien se la dio

(el cual la dio en el cielo

en su gloria),

que aunque la vida perdió,

dexónos harto consuelo

su memoria.                    (Coplas a la muerte de Don Rodrigo Manrique, Maestre de Santiago)

 

                                        Textos: Jorge Manrique

 

 

Niño Romero (2005)

 

Sube tú, niño romero,

a la Bien Aparecida.

Trepa tú apartando helechos

por esa ladera pindia.

Cómo suenan las abejas

en el sol del mediodía.

El gusanico del tren

desde arriba

qué diminuto se escurre,

tuerce, cabalga el Asón

-túnel- de Marrón a Limpias.

La Virgen ya te esperaba

alzándose de puntillas.

Entra tú, niño romero,

en la ermita

y tu cabeza rapada

métela en el hueco santo

de la piedra húmeda y fría.

Ya no tendrás más dolores,

pesadumbres ni malicias.

Rézale, niño, una salve

a la Bien Aparecida.

                                                           Texto: Gerardo Diego

 

 

Sutilezas del ingenio (2006/2007)

 

 

AMANTE APARTADO, PERO NO AUSENTE, AMADOR DE LA HERMOSURA DE L´ALMA SIN OTRO DESEO

Puedo estar apartado, mas no ausente;

y en soledad, no solo; pues delante

asiste el corazón, que arde constante

n la pasión que siempre está presente.

 

El que sabe estar solo entre la gente

se sabe solo acompañar: que, amante,

a membranza de aquel bello semblante

a la imaginación se le consiente.

 

Yo vi hermosura y penetré la alteza

de virtud soberana en mortal velo:

adoro l´alma, admiro la belleza.

 

Ni yo pretendo premio ni consuelo,

que uno fuera soberbia, otro vileza:

menos me atrevo a Lisi, pues, que al cielo.

                                                                        

 

SOLICITUD DE SU PENSAMIENTO ENAMORADO Y AUSENTE

 

¿Qué buscas, porfiado pensamiento,

ministro sin piedad de mi locura,

invisible martirio, sombra obscura,

fatal persecución del sufrimiento?

 

Si del largo camino estás sediento,

mi vista bebe, su corriente apura;

si te promete albricias la hermosura

de Lisi, por mi fin, vuelve contento.

 

Yo muero, Lisi, preso y desterrado;

pero si fue mi muerte la partida,

de puro muerto estoy de mí olvidado.

 

Aquí para morir me falta vida,

allá para vivir sobró cuidado.

Fantasma soy en penas detenida.

 

                                                                       Francisco de Quevedo. Poesía amorosa

 

AL MOSQUITO DE LA TROMPETILLA

 

Ministril de las ronchas y picadas,

mosquito postillón, mosca barbero,

hecho me tienes el testuz harnero

Y deshecha la cara a manotadas.

 

Trompetilla que toca a bofetadas,

que vienes con rejón contra mi cuero,

Cupido pulga, chinche trompetero,

que vuelas comezones amoladas,

 

¿por qué me avisas, si picarme quieres?;

que pues que das dolor a los que cantas,

de casta y condición de potras eres.

 

Tú vuelas y tú picas y tú espantas,

y aprendes del cuidado y las mujeres

a malquistar el sueño con las mantas

 

A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ

Érase un hombre a una nariz pegado,

érase una nariz superlativa,

érase una alquitara medio viva,

érase un peje espada mal barbado;

 

era un reloj de sol mal encarado,

érase un elefante boca arriba,

érase una nariz sayón y escriba,

un Ovidio Nasón mal narigado;

 

érase el espolón de una galera,

érase una pirámide de Egito,

los doce tribus de narices era;

 

érase un naricísimo infinito,

frisón archinariz, caratulera,

sabañón garrafal, morado y frito.

                                                                       Francisco de Quevedo. Poesía festiva

 

 

REPRESÉNTASE LA BREVEDAD DE LO QUE SE VIVE Y CÚAN NADA PARECE LO QUE SE VIVIÓ

 

¡Ah de la vida!... ¿Nadie me responde?

¡Aquí de los antaños que he vivido!

La Fortuna mis tiempos ha mordido,

las horas mi locura las esconde.

 

¡Que sin poder saber cómo ni adónde

la salud y la edad se hayan huido!

Falta la vida, asiste lo vivido,

Y no hay calamidad que no me ronde.

 

Ayer se fue, mañana no ha llegado,

hoy se está yendo sin parar un punto:

soy un fue y un será y un es cansado.

 

En el hoy y mañana y ayer junto

pañales y mortaja, y he quedado

presentes sucesiones de difunto.

 

            SALMO

 

¡Cómo de entre mis manos te resbalas!

¡Oh cómo te deslizas, edad mía!

¡Qué mudos pasos traes, oh muerte fría,

pues con callado pie todo lo igualas!

 

Feroz, de tierra el débil muro escalas,

en quien lozana juventud se fía;

mas ya mi corazón del postrer día

atiende el vuelo sin mirar las alas.

 

¡Oh condición mortal! ¡Oh dura suerte!

¡Que no puedo querer vivir mañana

sin la pensión de procurar mi muerte!

 

Cualquier instante de la vida humana

es nueva ejecución, con que me advierte

cuán frágil es, cuán mísera, cuán vana.

                                                                      

                                                                        Francisco de Quevedo. Poesía grave 

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