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El CHALECO BLANCO (1996)

Episodio cómico-lírico en un acto

Federico Chueca 

Miguel Ramos Carrión

Dirección escénica: Adolfo Marsillach

Escenografía: Julio Galán

    

P:        Solistas, Coro y Orquesta          

D:        

E:        Madrid, Teatro de la Zarzuela, Reapertura del Teatro, 23 enero 1998

I:         Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Miguel Roa

En:      Encargo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

Ed:      Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

Comentario del autor:

Cuando, el 26 de junio de 1890, empezaron a sonar en el madrileño Teatro Felipe los primeros acordes de EL CHALECO BLANCO, los espectadores no presenciaron sino lo que era, llana y sencillamente, elresultado de una apuesta nacida durante una cena de amigos en el Círculo Artístico y Literario: A propuesta de Vidal Aza, los entonces alli reunidos acordaron escribir, en el plazo máximo de un mes, un sainete sobre el asunto que les tocara en suerte. Y quiso el azar emparejar a dos de las grandes figuras de la época - Federico Chueca y Miguel Ramos Carrión -, con un tema al que ambos dedicarían sus respectivas genialidades, que si ya por separado resultaban ser magníficas, juntas ofrecerían un cóctel jugosísimo, sin duda a la altura de los paladares más exigentes del género chico.

El hecho nos llega corroborado por el gran triunfo que, en efecto, cosechó la obra, mantenida muchas noches en cartel, pero sobre todo por una circunstancia que ha servido siempre -aún hoy sirve- para dar la medida incontestable del éxito: Algunos de sus cantables trascendieron el escenario y pasaron a formar parte de la ciudad, a ser propiedad de un pueblo que los tarareaba por las calles como sólo se hace con aquellas músicas que calan de verdad el ánimo de las gentes. 

 Bien es cierto que Chueca parecía poner un hado especial en sus cantables, a los que hacía gozar de una chispa y una gracia muy pegadizas. De hecho, tenía la norma inamovible de crear él mismo no sólo la música sino también la letra de las canciones, lo que dio lugar a varias anécdotas célebres a lo largo de su carrera, una de las cuales tuvo como protagonista a la pieza que nos ocupa. Cuando Ramos Carrión envía el libreto a su amigo José Estremera, le adjunta una carta-dedicatoria en la que le explica que, de acuerdo con el compromiso adquirido en la apuesta, había entregado a Chueca la obra completamente terminada, incluida la letra de los cantables, que parecieron ser del agrado del compositor.. Sin embargo, cuando Chueca le hizo escuchar la música, se encontró con que, siguiendo su costumbre, los había cambiado todos a excepción del que tararea Pérez mientras limpia las botas; es decir, "el que no tiene letra"...                                                                       

 Poco más de un siglo después de su estreno, recibo el encargo de realizar una edición crítica de EL CHALECO BLANCO, dentro del magnífico programa de recuperación de nuestro patrimonio musical que viene realizando el Instituto Complutense de Ciencias Musicales. La tarea, que incluye la puesta en pie de la partitura de dirección con sus respectivos materiales de orquesta,  amén de la edición para canto y piano, vuelve a convertirse - esta vez para mi - en una apuesta o, quizás diría mejor, en un reto. Reto no tanto desde el punto de vista de la recreación musical como desde la responsabilidad  musicológica, puesto que le primer objetivo de estas ediciones críticas se basa en ofrecer una visión fiel de lo que los autores quisieron transmitir con su obra y en su época, y en el caso que nos ocupa, hubo que sortear varios escollos: en primer lugar, no se pudo contar, no ya con una edición de la partitura, sino ni tan siquiera con el manuscrito autógrafo, por lo que hube de recurrir, continua y sistemáticamente, a las fuentes disponibles que, además, eran de muy variada procedencia; en segundo lugar, se conservaban dos partes de apuntar que eran apenas un desarrollo melódico y, aunque decidí tomar como referencia la primera porque contenía un esqueleto armónico mínimo para conducir la música por el mismo camino que lo hizo su autor original, me obligó a una consulta permanente de ambas, aún entendiendo que en muchas ocasiones eran contradictorias; en tercer  y último lugar, trabajé con todas las partichelas, que a veces fueron de mucha ayuda, sobre todo, para tomar decisiones en los momentos más conflictivos, y otras veces, por la misma razón, me sirvieron de quebradero de cabeza. Pero debo decir que todos estos materiales orquestales, cuya conservación era un tanto deficiente, configuraban una fuente documental de primerísimo orden tanto a nivel musical como a nivel histórico. Hay que tener en cuenta que no sólo son una mera notación en papel pautado, sino que nos ofrecen datos tan interesantes como los nombres de los copistas y editores de la época, anotaciones de los intérpretes y, especialmente, pistas sobre la suerte que pudo correr la obra, ya que hay particellas  desde 1890 - fecha del estreno - hasta 1919.

Por otra parte, otro de los aspectos en los que he intervenido muy profusa y directamente ha sido en relación a los matices de expresión y dinámica, prácticamente ausentes en todos los documentos de trabajo, dándose incluso la circunstancia de que hay números enteros sin matices. En cualquier caso, he mantenido el mismo criterio de rigor y respeto hacia el ambiente sonoro implícito en la obra con el que he abordado la totalidad de la pieza. Me ha preocupado, sobre todo, conseguir que esa frescura que emana la música no se alterara lo más mínimo, dado que es una de las más claras señas de identidad de Federico Chueca, probablemente el más habilidoso a la hora de captar las querencias de la calle, de las que era fiel observador y de cuyos personajes - esa galeria de personajes anónimos y cotidianos que parecen siempre dispuestos a buscar el lado cómico a la vida -, se nutría para traducirlos entre los decorados de un escenario.

Un ejemplo de todo ello es, sin duda, EL CHALECO BLANCO,  considerada entre las mejores de su producción. Adjetivos como alegre, viva, chispeante, irónica, atrevida y un largo etc, vendrán con seguridad a sus mentes cuando la hayan escuchado. Por mi parte, y como yo ya la he disfrutado "desde dentro", permitanme que prudentemente espere del querido Maestro un gesto de aprobación desde cualquiera que sea el lugar que ocupe en su Madrid celestial.  Enero 1998

LA TEMPRANICA  (1998)

Zarzuela en un acto y tres cuadros

Gerónimo Giménez

Libro de Julián Romea Parra

 

P:        Solistas, Coro y Orquesta          

D:        50 minutos

E:        Madrid, Teatro de la Zarzuela, 21 septiembre 2013 (Versión de concierto)

I:         Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Rafael Frühbeck de Burgos

           MARÍA María José Montiel. GRABIÉ, SALÚ Virginia Wagner. PASTORA Ana María Ramos. GITANA VIEJA Ana Santamarina. DON LUIS                    Carlos Bergasa ZALEA Ricardo Bernal. VIEJO (Cantaor) Juanma Cifuentes. DON RAMÓN Juan Ignacio Artiles. MR. JAMES Matthew Loren              Crawford

En:      Encargo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

G:        Grabación de Radio Nacional de España

Ed:      Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

EL TRUST DE LOS TENORIOS (2001)

Humorada cómico-lírica en un acto

Música José Serrano

Libro de Carlos Arniches y Enrique García Álvarez

Dirección de escena Luis Olmos

Escenografía Juan Sanz y Miguel Ángel Coso

P:        Solistas, Coro y Orquesta             

D:        

E:        Madrid, Teatro de la Zarzuela, 6 octubre 2011

I:         Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Cristóbal Soler

           RANDILLA JuanViadas CABRERA Cipriano Lodosa SABOYA José Luis Patiño ISABEL Concha Delgado ARTURO / BATURRO Julio Morales              EL MAÎTRE D’HOTEL Luis Romero UNA CUPLETISTA / Carmen Romeu VENECIANA 1ª YON GÜELL Daniel Huerta YANSEN Alberto Ríos                  BRUCTON Román Fernández-Cañadas CAMARERA 1ª Sonia Castilla CAMARERA 2ª Encarna Piedrabuena LA BELLA CUCÚ Virginia Flores              CAZADORA ARGENTINA / Mª Elena García DONCELLA INDIA VENECIANA 2º Begoña Navarro VENECIANA 3º Ana Mª Ramos SIRKA Iván Luís            RAMA-KANA Graciela Moncloa GUARDIA / CAMARERO / Roberto Da Silva MÁSCARA 1ª PASTOR PROTESTANTE / Luis E. González                          MÁSCARA MOZO /CABALLERO / David Martín MÁSCARA VIAJERO / CABALLERO / José Antonio Cobián GONDOLERO

En:      Encargo del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

G:        Grabación de Radio Nacional de España

Ed:      Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU)

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